JENNY MOIX QUERALTÓ, 55 AÑOS, PROFESORA DE PSICOLOGÍA, UAB
BARCELONA, 23 DE MAYO DE 2019
“El mono está en el bosque. Desde un árbol, gira la cabeza buscando algo. De repente, se le iluminan los ojos y, decidido, salta. Agarra otra rama. Se calma. Le dura poco. Sigue faltándole un nosequé. No, aquí no hay tanto sol como creía. Ni suficientes frutos. Se fija en el tronco de al lado. Repite el ritual y se lanza de nuevo. Durante cinco segundos se siente tranquilo. Hasta que se da cuenta de que su lugar soñado no era lo que parecía. Desde el árbol, gira la cabeza. Busca algo”
Tu peor enemigo es un mono que vive dentro de ti
En Budismo nos hablan de las 9 etapas del desarrollo mental. Los budistas afirman que la mente es como un mono borracho al que ha picado un escorpión, siempre saltando de rama en rama, chillando enloquecido. Como el mono borracho, la mente brinca de un pensamiento a otro, de uno a otro, de uno a otro… en una verborrea frenética sin fin.
¿Quién en su sano juicio se pondría en manos de un mono borracho?
Nosotros lo hacemos continuamente.
El Elefante representa la mente, y su color negro los pensamientos oscuros.
El Mono, la distracción o agitación mental, y su color oscuro la dispersión.
El Monje eres tú, intentando controlar tu mente
El Arcoíris es la felicidad
La mente de mono con Jenny Moix psicóloga
¿Qué descubrimos en tu último libro Mi mente sin mí?
El libro orbita alrededor de una idea: cada uno de nosotros no somos uno. Somos dos… La Mente y el Mí. Con la meditación se ve muy claro. Si intentas concentrarte en la respiración, los nuevos pensamientos aparecen, aparece la mente del mono. Y empiezas a saltar de pensamiento en pensamiento, como un mono salta de una rama a otra.
Entonces, existe la mente y otra cosa
Exacto, la Mente y el Yo observador, esa parte de ti que se da cuenta de un pensamiento, de esa mente de mono, y lo aparta. Se trata de mejorar la relación que mantienes con ella. Para mejorar la relación con una persona, lo primero que haces es conocerla. Así que, lo primero que debes hacer es conocer tu mente. En el libro ayudo a entender cómo funciona.
Así que somos dos y debemos mejorar esta relación
Fíjate, siempre queremos mejorar las relaciones con los demás, con los padres, la pareja, el compañero de trabajo, las personas con las que nos cruzamos… Pero, en realidad, la relación que debemos mejorar es la de mi Yo observador y mi Mente de mono. Si esta relación es buena, las demás tenderán a ser buenas. Si hay mala relación, las demás serán malas.
Entonces, ¿no somos los pensamientos?
Existen los pensamientos que vienen a tu mente y la parte que se da cuenta. En esta superficialidad ya se puede hacer mucho. Ser conscientes de que estamos mucho tiempo del día en modo mente, sin parar, sin observar los pensamientos, con ideas repetitivas, creyéndonos todo lo que pensamos, juzgando, hipnotizados. Porque, al final, todas las mentes funcionan igual: todas tienden a automatizar, a juzgar, distorsionar…
Crear espacio entre pensamiento y pensamiento
Por la mañana, nuestro cerebro ya está hablando, nosotros seguimos. Respondemos automáticamente en la vida… con el automático incorporado: “Me cuesta decir que no”, “No puedo dejarle..”, “Salto enseguida”… Como autómatas. Debemos tomar conciencia, contar hasta tres, apagar el modo reacción.
Pero las prisas, la falta de tiempo…
Es el principal problema que tenemos y vivimos con él totalmente incorporado. ¿Esas son nuestras premisas de vida? Nuestro fin es simplificar la vida al máximo. Por un momento, piensa: ¿Qué te hace realmente feliz? ¿Qué es esa autoexigencia impuesta? La presión de que todos debemos hacer lo mismo, programados para dudar, bajo el miedo, dentro de esa zona de confort. Y la zona de confort realmente no es una comodidad tan cómoda.
¿Qué le decimos a esa mente de mono en nuestra cabeza?
Te observo mucho, te creo poco. Generalmente, creemos todos nuestros pensamientos. Ese mono está programado por una sociedad que nos dice: “Deberías hacer más, no eres suficiente…” Cosas que no suelen ser ciertas. La sociedad muchas veces nos desconecta de lo esencial. El absurdo. Date cuenta: entre tú y ese pensamiento hay un espacio donde eres libre. Cuando observas el pensamiento, creas ese lugar mágico donde puedes hacer algo.
Nada es tan importante
Es imposible gustar a todo el mundo
Si me equivoco, me perdono
Si perdono al otro, me regalo paz
Valora las pequeñas cosas de cada día
Cuida la relación con tus ilusiones
Sé consciente de que la vida ofrece muchas posibilidades
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Entrevista realizada por Begoña Eladi Redacción y traducción profesional freelance
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